Autor: Por MAITE PELAYO Fecha de publicación: 13 de noviembre de 2008
- Imagen: sanja gjenero -
Como consumidores no siempre podemos detectar cuándo un producto cárnico se encuentra en perfecto estado, sobre todo si la acción de los microbios u otros procesos alterantes del alimento acaban de comenzar. Además, el envase que lo contiene no permite percibir el olor que desprende. En muchas ocasiones, y aunque el proceso de degradación ya esté en marcha, sólo un olfato extremadamente fino lograría percibir el estado de la carne. Ahora, dos investigadores estadounidenses acaban de presentar un nuevo sensor para envases de aplicación en la industria cárnica que informa a los consumidores del estado microbiológico del producto.
En algunos de los procesos de contaminación por microorganismos patógenos no se produce una alteración de las características organolépticas (las percibidas a través de los sentidos) del alimento. De hecho, sólo podemos detectar olores cuando están presentes al menos 10 millones de bacterias por cada gramo de carne. En una cantidad inferior resulta difícil realizar la percepción de su acción de degradación. Según los responsables de la investigación, este nuevo sensor para envases cárnicos lograría ser entre 200 y 400 veces más potente que el olfato humano, lo que permitiría alertarnos, con mucha mayor efectividad y antelación, de si una pieza de carne se encuentra en mal estado y, por lo tanto, resultaría una útil herramienta de prevención de posibles intoxicaciones provocadas por su consumo.
Cambio de color:
El nuevo sensor detecta en los envases cárnicos gases y productos químicos que resultan de la acción contaminante de bacterias
El mecanismo de este sensor para envases cárnicos se basa en la detección de los gases y determinados productos químicos resultantes de la acción descomponedora de bacterias como Achromobacter y Micrococcus. Esta detección se traduce en una variación de colores en el sensor; así, un envase con un sensor de color amarillo indicará que la carne está en perfectas condiciones. En cambio, si el color fuera rojo señalaría que la carne está en mal estado.
Esta nueva herramienta, además de ser útil para los consumidores, también serviría para que los puntos de venta pudieran detectar de una manera rápida y sencilla si los productos cárnicos que ofrecen se encuentran en perfecto estado con una simple mirada al sensor. Se trata de un importante avance de las nuevas tecnologías de detección de la contaminación microbiológica de los alimentos. Aunque, de momento, los investigadores siguen trabajando en su nuevo sensor para que la Agencia de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA, en sus siglas inglesas) lo apruebe y comience a comercializarse carne envasada con este sistema de detección.
Publicado en http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2008/11/13/181389.php
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